Muchas empresas cometen un error grave al enfrentar situaciones que podrían justificar el despido de un empleado: no saben cómo hacerlo correctamente. Esto puede acarrear consecuencias económicas y legales severas, como han experimentado muchos de forma desafortunada. Sin embargo, ya no tienes que preocuparte por esto si buscas asesoramiento adecuado y sigues de cerca los consejos legales que ofrecemos en este boletín informativo.
El despido justificado, aquel que no causa problemas a la empresa, sigue un procedimiento legal establecido que incluye enviar una carta de preaviso al trabajador, especificando la falta grave que constituye motivo de despido. Después de que el trabajador presente sus descargos, puede ser despedido mediante una carta final. Sin embargo, es crucial que tanto la carta de preaviso como la carta de despido se redacten correctamente, evitando errores como la incorrecta tipificación de la falta.
Recientemente, la Corte Suprema emitió una sentencia (CASACIÓN LABORAL N.° 12942-2021 LA LIBERTAD) que ofrece una guía interesante sobre cómo tipificar correctamente una falta grave que justifique el despido. En el caso analizado, el empleador despidió a un trabajador acusándolo de presentar documentación falsa, cuando en realidad el despido se debió al incumplimiento de un compromiso (no criar aves y animales, ya que competían directamente con la empresa). Aunque había una falta grave en la práctica, al estar mal tipificada, el Poder Judicial falló a favor del trabajador, quien no solo solicitó ser reincorporado, sino también una indemnización por daño moral.
Es fundamental evitar cometer este tipo de errores para no enfrentar consecuencias legales y económicas adversas. Si necesitas asesoría legal en temas de despidos, no dudes en contactarnos.